Hace unos días un Ángel que andando por el mundo, va con su guitarra; y su sonrisa y al que nadie ve llorar, pues siempre procura estar alegre ya que su trabajo es repartir felicidad.
Igual que un payaso diría yo. Igual que un bufón dirías tu. Más que más da; Llamarse Payaso si es un honor.
Con gran humor, gracia divina y una piedad inmensa me envió este regalo –especial para mi dijo- con esta etiqueta. Le pregunte que era y me contesto que si tanta curiosidad tenia leyera la etiqueta. ¿Igual aún no se cual fue el regalo? Pues no se leer japonés.
Y unas veces el éxito nos sonríe –dice el- y entonces muchas cosas vamos tomando y prestando y probando en la abundancia y otras veces en cambio –continuaba diciendo- solo lo justo que pasa a nuestro lado para estirarse en la santa arena de este circo, con nuestra única compañía, con quien dar siempre gracias por nuestra suerte y nuestra dicha.
El caso es que a veces nos pasan cosas fantásticas sin percatarnos. Porque no hacemos el suficiente caso a los demás; pero sobre todo a si mismos. Donde nace el Amor, el consuelo, la piedad y la misericordia. Todo realmente pequeño y simplificado en el ser feliz. Ese ser que eres tu.
Así que yo le doy las gracias a este ángel, por enviarme este estupendo regalo desde tan lejos.
