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Fin de Festival.

  titulo

Y andaba yo por alguna parte, aun sin entender ni Mu. A veces me arrastraba como uno de aquellos gusanos de la seda, que se escondían tejiendo afanosamente dentro de unas pelotas de colores, después de haberse atiborrado de la delicada morera que recogimos de los huertos cercanos y tras un tiempo de misteriosa inanición volvían aparecer revoloteando nerviosa y alocadamente, para en pocos días morir habiendo dejado su prole pegada en cualquier rincón, de la caja de zapatos. Todo comenzaría de nuevo corriendo el tiempo, si la memoria del chiquillo le avisaba cuando sucedería la siguiente eclosión.
espectadoresMe preguntaba yo como gusano que se ve arrastrando por iniquidades de esta vida, de cambios, de pupas y de misterios, ¿Serian felices los gusanos?. Supongo que ¡No! Como tampoco creo que padeciesen. Que todo en ellos era simple, mucho más simple que cualquier otro ciclo, como el de la estación que trae la lluvia o el del valeroso y esforzado salmón.
Mientras en la calle los copos de nieve flotan enormes en el aire y caen silenciosos, ligeros y lentamente, como pequeños algodones en una gran feria, las luces iluminan las aceras y carreteras y los transeúntes caminan, cruzando setos y jardines.
  Todos los años se repiten las mismas cosas en nuestros calendarios, hay un día para todo. Los santos, el padre y la madre, el niño y los enamorados, un día del trabajo y el día de la paz mundial. Todos los años continúan repitiéndose y agregándose nuevos días. Del sida, de los gays y lesbianas, día sin humos ó sin ruidos, y alguna que otra memez, tal vez cualquier día se les ocurra declarar el día sin sombra, o ¿porque no?… “El día sin injusticia”. Ahora si embargo ya sabia que nunca volvería a ver una nevada así, que cada copo de nieve había sido regalado y puesto milagrosamente delante de mi en ese preciso momento, que abriendo la boca y dando saltitos tragaba, como si mana del cielo cayese, alimento divino de aquel invierno que pasó como la moda, como pasará la de este y también la del que viene. Entonces ¿De que ha servido? ¿Fue útil? Aquel año si. Lo que ocurre es que nosotros crecemos de sopetón y en nuestras sienes aparecen manchas, de borrico, de cráneos despejados y arrugas en la piel.        
Todos los gusanos se arrastran por igual y todos se encaraman a sus hojitas que comen como limas. Nunca los he visto pelear, no conozco que un gusano se halla comido a otro, cada cual se preocupa de una sola cosa: Comer. No les importa si le acaricias sus lomos blanquecinos, alargados, pequeños y suavísimos cuerpos. No corren, no huyen, no muerden, solo les atrae una cosa: Comer, comer, comer sabrosísima morera. Es un gesto que hacen y repiten velozmente como un mecanismo casi automático. ¿Esta será su felicidad?  Es decir... la de transformar energía en crecer. Creo que así es y el día que esta energía se agota dejan de existir. Para entonces habrán transformado metabólicamente toda esa energía en una nueva generación, su principal cometido en el ciclo de su vida. Aun así continuaba preguntándome por la felicidad de estos pequeños y simpáticos gusanos, que era igual que preguntar por su alma. ¿Y si yo hubiera hecho daño a uno de estos bichitos se hubiera quejado? ¿Hubiera escuchado yo su voz suplicando piedad? Supongo que no, porque de ser así seria una maldad muy grande mía y me hubiera de ver condenado a la ignorancia total y eterna o no tendría sentido de la culpabilidad, lo que me convertiría en un animal más bajo que el inocente gusano. Recibimos la energía cuando esta ya esta transformada y es nuestra labor continuar esa transformación, para mayor perfección.BURRO Un día la emperatriz que estaba tomando el té bajo el árbol de la morera y vio caer el capullo de seda en su taza caliente, como newton la manzana, enseguida comprendió que la energía había de ser transformada para si. Entonces ella que era una excelente modista hizo los mejores trajes de un tejido hasta ahora desconocido, nuevo que la moda no podía superar. Entonces la emperatriz se puso muy contenta y pero no fue muy feliz con sus éxitos en la alta costura que comenzó a cultivar y a perfeccionar, porque lo mantuvo en secreto durante largo tiempo en su palacio. Los gusanos de seda, QUE fueron sus protegidos, terminaron por extenderse a muchos países, garantizando así su supervivencia. Por su peculiar habilidad.

Me duele profundamente, se me hace la tristeza y me amarga el alma,  ver a alguien que sabiendo y siendo en su humildad casi perfecta, no disfrute de la felicidad. Al comprobar que su naturaleza humana es de gloriosa piedad y llena de un amor capaz de todo sacrificio, por los que ama. Que se empeña en soportar el invierno crudo a la intemperie de la soledad. Eso no esta bien… Por muy festivo o señalado que fuese ese día. Porque ese día sabemos todos que no volverá, si no que serán siempre “Nuevos Tiempos”. Que todo es sencillo como la vida del gusano. Y nosotros debemos compartir nuestra energía también para ser felices, como esta energía de cálido AMOR, que nunca podrá corresponder a tanta dulzura, que yo he recibido.

“Cada uno debe de hacer lo que sabe para ser feliz y pueda compartir. Aquel que ayuda a los demás se ayuda así mismo”.

 

la casa rosa

 

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